En construcción
Tabú y precariedad del llamado principio masculino
La falta de acceso a calzoncillos calientes me llevó a diseñar y producir mi propia herramienta de mejora testicular.
Este movimiento de reapropiación de mi cuerpo, mediante la siembra de materia prima para un fin práctico, se basó en la fabricación y erotización de la experiencia del ascenso testicular. El deseo de compartir mis creaciones me ha llevado a desarrollar la postura de un artesano enraizado en el movimiento y la materialidad. El trabajo con la silicona y la forma del anillo me llevaron a hacerme uno con la brutalidad informe del material y la curvatura minimalista del anillo.
Modelando, amasando en una intimidad geográfica (el laboratorio de fabricación y mi cuerpo, mi movimiento para fabricar), quiero compartir esta experiencia que ha tenido sentido en mí y en mi práctica anticonceptiva para que cada uno pueda sentir a través de la artesanía el cambio de estado de un material, aquí la silicona, que se hará eco del cambio de su material, allí en ellos el esperma.
Del hacer fuera de uno mismo al hacer dentro de uno mismo, para provocar una interiorización erótica, íntima y carnal del movimiento, ya sea visible o invisible.
Relatar cómo fue posible obtener un anillo y empezar a montarlos de nuevo de facto sería irrelevante. Prefiero expresar lo que pasa por mi mente en este momento en términos de los movimientos fragmentarios que fueron el camino para conseguir este anillo.
Tardé 35 años de vida en empezar a ver el cisma social sobre la anticoncepción. La idea de la dominación patriarcal me acompañaba desde hacía mucho tiempo. La he revisitado a través de diversas experiencias de mi vida cotidiana. Estas influencias sociales y culturales están profundamente arraigadas en mí. Y, en definitiva, cada día vuelvo a aprender a librarme de ellas. Por supuesto, como todo el mundo, he pensado en controlar la fertilidad compartida. Pero, ¿cómo lograrlo sin recurrir al coito interrumpido, la abstinencia o el preservativo? El martilleo de los medios de comunicación sobre la llegada de una píldora para los hombres y la falta de alternativas me convencieron, en mi mundo de costumbres, de que la carga sólo podía recaer en las mujeres. Esperé sabiamente a que una institución me introdujera en nuevas prácticas, cuya luz no podía atravesar la opacidad del poder dominante legitimado desde el Renacimiento hace 5 siglos.
Recordemos la imagen arquetípica de los cimientos de nuestra sociedad moderna: Mercader, Artista, Artesano, Explorador. Estas 4 figuras recuerdan a los 4 apóstoles evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El Renacimiento, concepto de los historiadores europeos que justifica el progreso y la modernidad a partir de la marcha del judeocristianismo........
Maxime Labrit - 18-06-2019